Conversando con el espejo: algo sobre el ser-voluntad
José Manuel Valderrama
Antes de embarcarnos en la lectura y de seguro crítica del presente texto, es preciso determinar el marco de referencia en el cual fue escrito.
El texto consta de dos partes: una basada en paradigmas científicos, es decir desde sistemas de pensamiento producto del método científico. Cada paradigma se basa en la evidencia y estudio de determinados tipos de fenómenos, sean estos ordinarios o extraordinarios (hay que recordar que son estos últimos los propulsores del avance científico).
La segunda parte consta de inquietudes, hipótesis y pensamientos personales, cargados con el ímpetu de la juventud y la certeza de una búsqueda-formación de la comprensión del espíritu humano.
Me adhiero con convencimiento y contrastación con la realidad sobre el cambio de paradigmas explicados por la teoría de Thomas Kuhn, de “salto” revolucionario por conversión de los científicos, especialmente jóvenes, en un momento crucial de la discusión de 2 paradigmas, en contraposición del modelo de Popper de paso de teorías a través de procedimientos lógicos de falsaciones por conjeturas y refutaciones, entendiendo que la mente humana es más caprichosa, compleja y controlable de lo que se cree por estar sujeta a la conveniencia, emocionalidad, rigidez y esclava a metaestructuras cognitivas, como se evidencia claramente en el trabajo terapéutico.
Por último, tomo en cuenta pero no coincido con los planteamientos del constructivismo radical y el constructivismo relacional, de considerar, como Wittgenstein, al sí mismo, el self, como una construcción lingüística basada en el intercambio de información con el otro.
Sobre el constructivismo, una moda de pensamiento imperante en nuestro tiempo, hay que tener cuidado de caer en extremos de considerar que “mi opinión es tan válida como la tuya” sobre cualquier fenómeno o suceso, pregonando que eso es respeto cuando se respeta a la persona (integridad-identidad) y no las opiniones de estas como argumenta el filósofo español José Antonio Marina, pues las opiniones se discuten desde todos los ángulos tomando en cuenta la complejidad del asunto para obtener una verdad no por consenso público, sino basados en ciertos parámetros y principios básicos (por ejemplo: sensibilidad, cosas tangibles, almacenamiento de energía, normas de convivencia de una sociedad, patrones de conducta, manifestación instintiva, existencia de la información como algo diferente a la materia-energía).
PRIMERA PARTE. Reflexiones sobre un olvidado: la voluntad
Este término es quizá uno de los menos estudiados desde una perspectiva científica aunque tradicional y experencialmente se reconozca como la fuerza interior que decide y mantiene esa decisión a pesar de las adversidades, es decir, elige (facultad del ser) entre las posibilidades de existencia que nos brinda la naturaleza. Si es así, tendriamos que aceptar una supra estructura interna, diferente a la información que elegí. Así, encontramos vestigios de la voluntad en:
a) La materia: resaltarse el papel del “observador” en la elección de posibilidades cuánticas y recordando como “el pensamiento” de este observador modifican las direcciones de las “partículas elementales”.
b) Energía: como se evidencia en las documentadas curaciones pránicas, el llamado mal de ojo o la experiencia natural de la buena vibra de un ambiente o una persona, todas bajo el influjo de la voluntad de un ser.
c) La información: pues la conciencia y el manejo de los campos mórficos de Rudolf Sheldrake, en el trabajo de Constelaciones Familiares, donde se revive y actualiza a través de seres humanos la experiencia (información) de otros seres humanos, para ser sentido en el presente por el ser total, el observador.
Y con la palabra conciencia llegamos a un punto culminante de la evolución de la Naturaleza en lo humano. Y con ella poder dar caza a la Voluntad como fenómeno psicológico no estudiado, al saber que uno elige mejor al ser más consciente de una situación y así emplear mejor nuestra voluntad. Aquí sobreviene el paradigma, me absorve la duda porque como veréis este escrito trata de reivindicar al ser y trataremos de atraparlo por el lado “consciente” y surgen 3 cualidades:
a) La conciencia, desde el punto de vista determinista o la biológica, indica que la conciencia es un fenómeno mental emergente de una estructura biológica, es decir, un salto cualitativo en la evolución y en la cual el ser nace de una estructura cerebral. Así diversas sustancias químicas modifican los estados de conciencia como los traumatismos encéfalo craneanos. Así como manifiesta Maturana, nosotros biológicamente estaríamos imposibilitados de conocer algo fuera de uno y sería un mito aquello de las expansiones de conciencia.
José Manuel Valderrama
Antes de embarcarnos en la lectura y de seguro crítica del presente texto, es preciso determinar el marco de referencia en el cual fue escrito.
El texto consta de dos partes: una basada en paradigmas científicos, es decir desde sistemas de pensamiento producto del método científico. Cada paradigma se basa en la evidencia y estudio de determinados tipos de fenómenos, sean estos ordinarios o extraordinarios (hay que recordar que son estos últimos los propulsores del avance científico).
La segunda parte consta de inquietudes, hipótesis y pensamientos personales, cargados con el ímpetu de la juventud y la certeza de una búsqueda-formación de la comprensión del espíritu humano.
Me adhiero con convencimiento y contrastación con la realidad sobre el cambio de paradigmas explicados por la teoría de Thomas Kuhn, de “salto” revolucionario por conversión de los científicos, especialmente jóvenes, en un momento crucial de la discusión de 2 paradigmas, en contraposición del modelo de Popper de paso de teorías a través de procedimientos lógicos de falsaciones por conjeturas y refutaciones, entendiendo que la mente humana es más caprichosa, compleja y controlable de lo que se cree por estar sujeta a la conveniencia, emocionalidad, rigidez y esclava a metaestructuras cognitivas, como se evidencia claramente en el trabajo terapéutico.
Por último, tomo en cuenta pero no coincido con los planteamientos del constructivismo radical y el constructivismo relacional, de considerar, como Wittgenstein, al sí mismo, el self, como una construcción lingüística basada en el intercambio de información con el otro.
Sobre el constructivismo, una moda de pensamiento imperante en nuestro tiempo, hay que tener cuidado de caer en extremos de considerar que “mi opinión es tan válida como la tuya” sobre cualquier fenómeno o suceso, pregonando que eso es respeto cuando se respeta a la persona (integridad-identidad) y no las opiniones de estas como argumenta el filósofo español José Antonio Marina, pues las opiniones se discuten desde todos los ángulos tomando en cuenta la complejidad del asunto para obtener una verdad no por consenso público, sino basados en ciertos parámetros y principios básicos (por ejemplo: sensibilidad, cosas tangibles, almacenamiento de energía, normas de convivencia de una sociedad, patrones de conducta, manifestación instintiva, existencia de la información como algo diferente a la materia-energía).
PRIMERA PARTE. Reflexiones sobre un olvidado: la voluntad
Este término es quizá uno de los menos estudiados desde una perspectiva científica aunque tradicional y experencialmente se reconozca como la fuerza interior que decide y mantiene esa decisión a pesar de las adversidades, es decir, elige (facultad del ser) entre las posibilidades de existencia que nos brinda la naturaleza. Si es así, tendriamos que aceptar una supra estructura interna, diferente a la información que elegí. Así, encontramos vestigios de la voluntad en:
a) La materia: resaltarse el papel del “observador” en la elección de posibilidades cuánticas y recordando como “el pensamiento” de este observador modifican las direcciones de las “partículas elementales”.
b) Energía: como se evidencia en las documentadas curaciones pránicas, el llamado mal de ojo o la experiencia natural de la buena vibra de un ambiente o una persona, todas bajo el influjo de la voluntad de un ser.
c) La información: pues la conciencia y el manejo de los campos mórficos de Rudolf Sheldrake, en el trabajo de Constelaciones Familiares, donde se revive y actualiza a través de seres humanos la experiencia (información) de otros seres humanos, para ser sentido en el presente por el ser total, el observador.
Y con la palabra conciencia llegamos a un punto culminante de la evolución de la Naturaleza en lo humano. Y con ella poder dar caza a la Voluntad como fenómeno psicológico no estudiado, al saber que uno elige mejor al ser más consciente de una situación y así emplear mejor nuestra voluntad. Aquí sobreviene el paradigma, me absorve la duda porque como veréis este escrito trata de reivindicar al ser y trataremos de atraparlo por el lado “consciente” y surgen 3 cualidades:
a) La conciencia, desde el punto de vista determinista o la biológica, indica que la conciencia es un fenómeno mental emergente de una estructura biológica, es decir, un salto cualitativo en la evolución y en la cual el ser nace de una estructura cerebral. Así diversas sustancias químicas modifican los estados de conciencia como los traumatismos encéfalo craneanos. Así como manifiesta Maturana, nosotros biológicamente estaríamos imposibilitados de conocer algo fuera de uno y sería un mito aquello de las expansiones de conciencia.
b) Podría tener otra explicación este fenómeno y surge de las lecturas de un jesuita genial, Theilar de Chardin. Para el, la conciencia es un algo inherente a la materia, aun la inorgánica, pero que evoluciona y da saltos cuantitativos y cualitativos en la evolución de la pre-vida a la vida y de esta al hombre, pudiéndose explicar esto con una teoría moderna: la de estructuras disipativas; entonces ya no nos es tan desconocido. Pero aun hay más. Afirma como esta, la cara interna de la vida, organiza la materia y también la evolución, cuyo proceso se sigue, cual hilo de Ariadna, a través de los sistemas nerviosos, el soporte físico de la conciencia. Además valida las experiencias de expansión de la conciencia y conexión con el cosmos al formar un ser humano parte de un gran todo de conciencias humanas, ese punto Omega de su teoría.
c) Hasta aquí no hay dudas de lo dicho y todo es muy verosímil y hasta lógica la síntesis, aunque como veremos Chesterton tenía razón al afirmar que “la verdadera dificultad de nuestro mundo no es que sea un mundo irracional, ni tampoco que sea racional. El género más común de perturbación es que es casi racional, pero no por completo…”. ¿Qué pasa con la conciencia de un individuo en casos de posesión?... el fenómeno existe, hay evidencia, no como una identidad que tiene acceso a una información, sino como una identidad que posee el cuerpo de otra identidad… de donde proviene la evidencia, pues de Jacob Grinberg-Zylderbaum, un científico mexicano secuestrado en 1996, específicamente psicobiólogo, que explica el fenómeno descrito en su teoría sintérgica en la cual el cerebro como estructura biológica es a la manera de una antena parabólica de la mismidad-identidad con su conciencia. De esto se deduce que la identidad puede habitar en otro espacio-tiempo diferente del propio tiempo… que viva lo New Age… no tan pronto… es una teoría sobre un fenómeno no explicado que se debe investigar.
PARTE SEGUNDA. Conocer la realidad
La conciencia humana da forma al mundo (externo o interno) en el acto complejo de conocer. A través de el configura los fenómenos de la existencia y la toma de decisiones y su importancia radica en que tan exacto pueda ser a determinado fenómeno en determinado contexto para a través de las decisiones tomadas, modificar lo real para nosotros, exactamente la percepción y accionar de nuestro existir.
La realidad, arbitrariamente, la podemos definir desde 3 posturas:
a) No existe fuera del hombre, solo existe una materia (realidad de primer orden) de la cual somos conscientes por sus propiedades físicas (ondas, energía y fuerzas) pero que la REALIDAD (de segundo orden) es un juego del lenguajear en el intercambio con el otro, es decir, producto cultural. Recordemos que no niega las leyes naturales ni otras clases de leyes limitando estas a su campo de acción y contexto. Así, la realidad es personal, compleja, social.
b) Realidad en sí, algo que llamemos real, objetivo, si existe. Pero el hombre es incapaz de llegar a ella por no poder comprender que esta es holística y embarca a todo el universo, sus partes interrelacionadas y ordenadas por leyes con excepciones. El hombre se encuentra limitado histórica y evolutivamente a comprenderla.
c) Realidad objetiva, fuera del yo, si existe y hay formas de comprenderla: puede ser por gracia, posesión del espíritu santo (catolicismo) o supresión del pensamiento, el gran destructor de lo real (budismo), admitiendo de por sí un camino y guía para el hombre por la fe o la moral, con base firme ambas en el AMOR, ese gran conocido y desconocido del que tendremos tiempo de escribir.
CONCLUSIÓN:
El ser humano es más complejo, misterioso, profundo e inaccesible de lo que se piensa. Hay fenómenos inexplicables y teorías simplistas del hombre, del humano, de la cual debemos escapar… en pocas palabras, investiguemos y sobreexperienciemos con el otro para formar un buen concepto del hombre, un concepto en lo maravilloso, conmovedor.
Referencias bibliográficas:
_ Khun, Thomas. Estructura de las revoluciones científicas.
_ Maturana, Humberto. El sentido de lo humano.
_ Ferguson, Marilyn. La era de acuario.
_ Watzlawick, Paul y Nardone, Giorgio. Terapia Breve Estratégica.
_ De Chardin, Theilard. El fenómeno humano.
_ Grinberg-Zylberbaum, Jacob. Curaciones Chamánicas.
_ Bohm, David. Causalidad y Azar en la física moderna.
_ Gardner, Martin. Izquierda y Derecha en el cosmos.
_ Almendro, Manuel. Psicología del caos.
_ Hellinger, Bert. Lograr el amor en la pareja.
_ Frankl, Viktor. La presencia ignorada de Dios.
_ Pauwels, Louis y Bergier, Jacques. El retorno de los brujos.
_ Botella, Luis. Constructivismo relacional: Principios básicos e implicaciones para la Psicoterapia.
_ Blavastky, Helena. La voz del silencio.
_ Suzuki, D.T. y Fromm Erich. Budismo Zen y psicoanálisis.
_ Davies, Paul. Dios y la nueva física.
_ Hudson, William y Weiner Davis, Michele. En busca de soluciones. Un nuevo enfoque en psicoterapia.
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